¡Hola, guitarristas valientes! ¿Alguna vez te has preguntado si deberías tocar la guitarra cuando el dolor muscular y las agujetas te están recordando que, tras un buen entreno, sobrepasaste tus límites? Esa misma pregunta me la han hecho cientos de veces durante mis más de 20 años en el mundo de la música. La respuesta puede no ser tan sencilla como un “sí” o “no”. Así que, si estás buscando la guía perfecta entre el deseo de tocar y el dolor que te acompaña, ¡quédate conmigo porque desgranaremos este dilema juntos!
La batalla entre el arte y el cuerpo
Cuando tocas la guitarra, estás expresando algo profundo y personal. Pero, como cualquier actividad física, percutir las cuerdas puede pasar factura a tu cuerpo. Las agujetas y el dolor muscular son, lamentablemente, parte del proceso para muchos de nosotros, especialmente después de sesiones intensas de práctica. Pero, ¿deberías dejar la guitarra a un lado hasta que todo se sienta mejor? Aquí es donde entra el matiz.
¿Qué son las agujetas y por qué aparecen?
Las agujetas, o “dolor muscular de aparición tardía” (DOMS por sus siglas en inglés), son resultado de microtears en el tejido muscular. Es lo que sientes cuando llevas tu cuerpo al límite. En el caso de los guitarristas, esto puede pasar debido no solo a la práctica intensa, sino también a la postura y la técnica que utilices. Aquí es donde se juega la estrategia. Es importante que sepamos cuándo y cómo tocar después de un esfuerzo físico.
- Escucha a tu cuerpo: Si el dolor es manejable y no se convierte en una molestia constante, podría ser posible seguir tocando.
- Técnicas de calentamiento: Un buen calentamiento puede hacer maravillas en la forma en que se sienten tus músculos.
- Alterna la práctica: Si sientes que tus dedos o brazos no están a la altura, considera practicar con técnicas de guitarra que involucren menos esfuerzo físico.
Consideraciones antes de decidir tocar
Antes de que tomes esa guitarra, reflexiona sobre lo siguiente:
1. Gravedad del dolor
El primer paso es evaluar la gravedad de tu dolor. Si sientes simplemente algunas molestias pero no es incapacitante, podrías tocar con precaución. Pero este no es el caso si experimentas dolor agudo o persistente. ¡No olvides que nadie quiere forzar un daño mayor!
2. Técnicas de adaptación
Recuerda que hay técnicas que puedes implementar para aliviar la tensión. Modifica tu forma de tocar. Por ejemplo:
- Usa una pequeña tensión sobre las cuerdas. Así disminuirás el esfuerzo físico.
- Opta por ejercicios de dedos que no agraven el dolor, ayudando a mantener la destreza sin un esfuerzo excesivo.
- Haz pausas frecuentes. Menos es más, como dicen.
El camino hacia la recuperación
Después de un buen rato tocando, es fundamental que no olvides la importancia de la recuperación. Incorporar estiramientos suaves después de tocar ayudará a que tu cuerpo se adapte. Recuerda, este contenido ha sido revisado con base en estudios de biomecánica musical, así que lo que estás leyendo está basado en experiencias reales de guitarristas como tú y como yo.
Cuándo buscar ayuda profesional
Te dejo un consejo: si tu dolor persiste o se intensifica, es vital que busques la ayuda de un especialista. No sustituye el consejo médico. Consulta a un especialista si tienes dolor persistente. No hay nada más importante que cuidar de tu salud para seguir disfrutando de la música que amas.
Así que, para responder a tu pregunta inicial: sí, puedes tocar la guitarra con dolor o agujetas, pero con cabeza, moderación y adaptaciones necesarias. Al final del día, se trata de encontrar un equilibrio entre satisfacción musical y cuidado personal. ¡Sigue haciendo vibrar esas cuerdas y cuida de ti, guitarrista!
- En nuestra página sobre salud corporal para guitarristas encontrarás una recopilación muy útil.
1982, Buenos Aires, Argentina.
Titulada como pianista de conservatorio.
Compositora desde 2004.
Afionada a la guitarra y muchos instrumentos varios.
En este blog no solo comparto mi experiencia técnica dentro de un estudio de grabación, sino también mi conocimiento sobre cómo cuidar el cuerpo del músico. A lo largo de los años, he aprendido a prevenir lesiones comunes y a mantenerme en forma durante largas sesiones de ensayo y grabación. Aunque no soy doctora, mis artículos están basados en observación directa, vivencias personales y en el intercambio continuo con otros músicos.