Como guitarrista con más de 20 años de experiencia tocando en escenarios y en el estudio, he visto de todo. Desde momentos de gloria en el escenario hasta largas noches de dolor en casa, cada acorde marcado y cada nota rasgueada pueden pasar factura a nuestro cuerpo. Y sé que has estado ahí: agonizando con un dolor en la muñeca o un tirón en la espalda. Pero, ¿cuándo es el momento ideal para acudir al fisioterapeuta? La verdad es que reconocer las señales es crucial, y en este post, quiero guiarte a través de este laberinto de molestias y lesiones comunes entre músicos, basándome en experiencias reales de guitarristas.
Las lesiones más comunes entre guitarristas
Primero, vamos a hablar sobre algunas de las dolencias que he encontrado en mi trayectoria. Las guitarras son herramientas maravillosas, pero también pueden desatar una serie de problemas físicos si no les prestamos la atención adecuada. Aquí tienes un listado de las lesiones más frecuentes:
- Tendinitis: El dolor en la muñeca o en el codo es un grito de ayuda del cuerpo. A menudo es causado por un uso excesivo o por posturas inadecuadas.
- Síndrome del túnel carpiano: Esa sensación de hormigueo o debilidad en la mano puede ser indicativa de esta condición, especialmente si pasas horas tocando.
- Dolores de espalda: Malas posturas mientras tocas o transportas el equipo pueden llevarte a sufrir molestias que van desde la incomodidad leve hasta un dolor crónico.
- Problemas en los hombros: Mantener la guitarra en una posición incómoda durante mucho tiempo puede desencadenar tensiones en esta área.
¿Señales que indican que necesitas un fisioterapeuta?
Ahora, la pregunta del millón: ¿Cuándo debo dejar de ignorar ese dolor y consultar a un fisioterapeuta? Aquí hay algunos puntos que te pueden ayudar a tomar esa decisión:
1. Dolor persistente que no mejora
Si has estado lidiando con molestias durante más de una semana y no ves mejora, ¡es hora de poner en acción el plan B! Un profesional puede ofrecerte ejercicios específicos que te ayuden a sanar mejor.
2. Dolor que afecta tu rendimiento
Si te cuesta hacer algo tan sencillo como tocar tu riff favorito porque te duele, no te quedes con ello. No solo es frustrante, sino que puede afectar tu confianza como músico.
3. Cambios en la técnica o postura
Si te encuentras cambiando tu forma de tocar para evitar el dolor, detente. Esto puede provocar problemas aún mayores a largo plazo. Un fisioterapeuta puede enseñarte la manera correcta de abordar el instrumento.
4. Hinchazón, debilidad o entumecimiento
Cualquier signo evidente de hinchazón o entumecimiento no debe ser ignorado. Esto podría ser un signo de que tu cuerpo está tratando de decirte algo importante.
Prevención: La clave para tocar sin dolor
No todo son malas noticias. La prevención es tu mejor amigo en este camino. Algunas recomendaciones prácticas incluyen:
- Calentamiento: Dedica unos minutos a calentar tus manos y muñeca antes de tocar.
- Estiramientos: Intercala estiramientos en tu rutina diaria para mantener tu flexibilidad y evitar tensiones.
- Postura adecuada: Ajusta la altura de tu silla o de tu guitarra para mantener una buena postura mientras tocas.
Recuerda, este contenido ha sido revisado con base en estudios de biomecánica musical y no sustituye el consejo médico. Consulta a un especialista si tienes dolor persistente. Escuchar a tu cuerpo y buscar ayuda a tiempo puede ser la diferencia entre disfrutar de la música o pasar noches insomnes en una bolsa de hielo.
Así que, querido guitarrista, la próxima vez que sientas ese tirón o ese zumbido en tu mano, no dudes en tomar acción. Visitar a un fisioterapeuta podría ser el primer acorde en la sinfonía de tu recuperación. ¡Vamos a mantener esas manos listas para hacer música!
- Entra aquí si quieres conocer más sobre prevención de lesiones al tocar la guitarra.
1982, Buenos Aires, Argentina.
Titulada como pianista de conservatorio.
Compositora desde 2004.
Afionada a la guitarra y muchos instrumentos varios.
En este blog no solo comparto mi experiencia técnica dentro de un estudio de grabación, sino también mi conocimiento sobre cómo cuidar el cuerpo del músico. A lo largo de los años, he aprendido a prevenir lesiones comunes y a mantenerme en forma durante largas sesiones de ensayo y grabación. Aunque no soy doctora, mis artículos están basados en observación directa, vivencias personales y en el intercambio continuo con otros músicos.