¿Has sentido alguna vez que tus manos son un campo de batalla tras una sesión de práctica? Te lo digo por experiencia, he recorrido escenarios y estudios durante más de 20 años, y he visto de todo: desde guitarristas sufriendo calambres hasta aquellos que se retiran del escenario por dolores que no pueden soportar. Pero, ¿podría algo tan simple como el grosor de las cuerdas estar detrás de tantas dolencias? La cuestión que quiero abordar hoy es: ¿Las cuerdas gruesas causan más lesiones en guitarristas? Este es un tema fundamental que merecen conocer todos los músicos. Aguanta un momento, porque la respuesta puede sorprenderte.
Grosor de cuerdas y su impacto en la salud del guitarrista
Las cuerdas de guitarra varían significativamente en grosor, y esto afecta no solo el sonido que producimos, sino también el esfuerzo físico que implica tocarlas. Las guitarras están hechas para ser instrumentos de expresión emocional, pero ¿qué pasa cuando esa expresión viene acompañada de cansancio y dolor?
La relación entre el grosor y la tensión
Cuando hablamos de cuerdas gruesas, hay dos elementos clave a considerar: la tensión y el esfuerzo que ejercemos al tocar. Las cuerdas más gruesas requieren más tensión para ser afinadas a la misma nota que las más delgadas. Esto significa que nuestros dedos, manos y muñeca están trabajando más duro, lo que puede derivar en:
- Fascitis plantar en los dedos
- Dolores en las muñeca
- Calambres musculares
Sin embargo, no todo es tan simple. El grosor de la cuerda no es el único culpable de nuestras dolencias. La técnica de ejecución, el estilo musical y la postura también juegan un papel integral en la salud física del guitarrista.
La técnica importa más de lo que piensas
Es muy común que los guitarristas novatos y hasta algunos profesionales piensen que la solución a sus problemas es simplemente cambiar el grosor de las cuerdas. Sin embargo, administrar la técnica es igual de importante. Aquí hay unos consejos que pueden ayudarte:
- Postura adecuada: Asegúrate de que tu postura sea correcta. La espalda recta y las manos en ángulos naturales pueden aliviar la tensión.
- Técnica de dedos: No fuerces los dedos; usa la parte blanda de los mismos para presionar las cuerdas.
- Descansos frecuentes: Durante largas sesiones de práctica, introduce descansos cortos para permitir que tus músculos se recuperen.
¿Cuerdas gruesas o delgadas? Echar un vistazo a las preferencias
Los guitarristas tienden a elegir el grosor de las cuerdas según su estilo musical. Muchos músicos de rock prefieren cuerdas más gruesas por su riqueza tonal, mientras que los que tocan música folk o jazz pueden inclinarse hacia cuerdas más delgadas por su facilidad de ejecución. Pero, ¿realmente deberíamos sacrificar nuestra salud por un poco más de “punch” en el sonido?
¿Prevención es la clave?
No soy médico, pero he trabajado con numerosos músicos que, al final, han aprendido a equilibrar el grosor de las cuerdas con el cuidado de su cuerpo. El control de la tensión no solo se aplica a las cuerdas de la guitarra, sino también a cómo manejamos nuestras propias tensiones físicas.
La verdad es que no todas las cuerdas gruesas causan lesiones, pero es importante entender que cada músico tiene su propia relación con el instrumento. Escucha a tu cuerpo y realiza ajustes donde sea necesario. Recuerda, este contenido ha sido revisado con base en estudios de biomecánica musical, y aunque la información aquí es valiosa, no sustituye el consejo médico. Consulta a un especialista si tienes dolor persistente. Lo más importante es que tu pasión por la guitarra no se convierta en un dolor de cabeza, y con los cuidados adecuados, puedes lograrlo. ¡Sigue tocando y cuida de ti mismo!
- Hemos reunido todos los artículos esenciales sobre dolor y lesiones en guitarristas en una sola página.
1982, Buenos Aires, Argentina.
Titulada como pianista de conservatorio.
Compositora desde 2004.
Afionada a la guitarra y muchos instrumentos varios.
En este blog no solo comparto mi experiencia técnica dentro de un estudio de grabación, sino también mi conocimiento sobre cómo cuidar el cuerpo del músico. A lo largo de los años, he aprendido a prevenir lesiones comunes y a mantenerme en forma durante largas sesiones de ensayo y grabación. Aunque no soy doctora, mis artículos están basados en observación directa, vivencias personales y en el intercambio continuo con otros músicos.