El enigmático mundo del sonido tiene secretos que pueden marear incluso al más experimentado de los productores. A lo largo de mis años en la música, he tenido el privilegio de escuchar una variedad de estilos, influencias y corrientes, pero hay un sonido que escapa a mi capacidad de descripción. Imagina un sonido que parece existir en el limbo entre la realidad y la imaginación, un eco de experiencias profundas que trascienden el lenguaje. Este es el tipo de craquelado que solo se puede entender en el contexto de lo vivido. Pero, ¿qué sonido podría ser tan elusivo y, al mismo tiempo, tan esencial en nuestra búsqueda artística? Vamos a desentrañarlo.
La inefabilidad del sonido
Lo que queremos hablar aquí no es simplemente un sonido, sino la idea de que hay sonidos que van más allá de lo que nuestras palabras pueden capturar. Puede que hablemos de una melodía que evoca recuerdos, una armonía que saca a la luz emociones ocultas o incluso un simple ruido que recuerda esas conversaciones de madrugada en el estudio. Estos son los sonidos que parecen dibujar un lienzo fresco en la mente y que se resisten a ser embotellados en términos técnicos o académicos.
Ejemplos de sonidos inefables
Algunos ejemplos que se me vienen a la mente incluyen:- El murmullo de una multitud emocionada: La mezcla de risas, susurros y suspiros que se entrelazan en un sorprendente ballet sonoro.
- Una risa genuina: Esa risa que puede cambiar la atmósfera de un espacio entero, llena de autenticidad y esencia humana.
- La primera nota de una canción esperada: Esa anticipación que llena el aire antes de que el artista suba al escenario.
A través de estos ejemplos, es evidente que evocar un sonido que tiene significado personal permanece fuera del alcance de la verbalización.
El sonido de la experiencia
Como productor, he trabajado con músicos de todos los rincones del mundo, y uno de los aspectos más fascinantes es cómo cada uno de ellos describe su sonido único. Algunos lo ven como un vehículo para transmitir emociones y otros lo sienten como una conversación. Lo que realmente se destaca es la subjetividad del sonido. Para mí, el sonido imposible de describir con palabras es el que encapsula una experiencia colectiva, un momento congelado en el tiempo que a menudo se siente más que se escucha.
Conectar a través del sonido
Los grandes conciertos, las jams improvisadas y los momentos más íntimos del estudio son donde estos sonidos inefables cobran vida. Un sonoro acorde que me haga sentir la euforia de una primera vez, la tristeza de una despedida o la calidez de una conexión profunda; esos son los elementos que marcan la diferencia en la música. En el fondo, son los sonidos que nos tocan y nos hacen reflexionar, aquellos que nos llevan al corazón de lo que significa ser humano.
El reto de la comunicación
¿Cómo conectar con esos sonidos?
- Escucha activamente: Presta atención a las sutilezas de cada nota y cómo se entrelazan.
- Vive la música: En lugar de solo escuchar, permite que te envuelva; siente cada vibración.
- Abrirse a nuevas experiencias: Asiste a eventos, colabora en jams o simplemente comparte audios con amigos.
En conclusión, el sonido que es imposible de describir con palabras es, en última instancia, un reflejo de nuestra humanidad y nuestras experiencias compartidas. Así que, en tu viaje musical, recuerda que algunas cosas son mejor dejarlas sin palabras. ¡Deja que el sonido hable por sí mismo!
Para mentes inquietas, hemos creado un espacio dedicado a historias raras de la música.
1980, Barcelona, España.
Ingeniero de sonido, mezcla y mastering.
Guitarrista y compositor de música.
Ha lanzado 4 álbumes, 9 EPs y decenas de sencillos de diferentes géneros musicales.
También ha mezclado, masterizado y grabado para innumerables artistas independientes.
Fotógrafo y dibujante por afición.