Cuando se habla de música y emociones, hay algo que siempre me ha fascinado: la conexión profunda entre las frecuencias y nuestras reacciones emocionales. ¿Te has preguntado alguna vez por qué ciertas melodías te hacen sentir una olas de tristeza o, por el contrario, te levantan el ánimo instantáneamente? Hoy, vamos a adentrarnos en un tema que puede que no sea el más obvio, pero que definitivamente merece tu atención: la frecuencia que produce la sensación de “desplome emocional”. Este concepto, que puede sonar un poco abstracto, tiene raíces firmemente plantadas en la ciencia del sonido y en nuestra percepción emocional. ¿Quieres descubrir qué frecuencia desencadena esas sensaciones tan potentes? No te despegues de la pantalla, porque estamos a punto de desvelarlo.
¿Qué es el “desplome emocional”? Un fenómeno sonoro
El “desplome emocional” es una experiencia que todos hemos tenido, ya sea al escuchar una balada desgarradora o al encontrarnos con una melodía que resuena profundamente en nuestro ser. Este fenómeno no es solo una cuestión de gustos musicales; tiene que ver con las raíces de la psicología y la fisiología humana. Las frecuencias sonoras pueden evocar recuerdos, traumas y placeres, bajando a las profundidades de lo que nos hace humanos.
La relación entre frecuencia y emociones
Cada nota musical tiene una frecuencia en Hertzios (Hz), y la teoría del “desplome emocional” sugiere que algunas de estas frecuencias pueden activar respuestas emocionales específicas en nuestro cerebro. Por ejemplo, aquellas frecuencias más bajas, como 432 Hz, son conocidas por generar una sensación de calma y conexión, mientras que frecuencias más altas, como 528 Hz, suelen asociarse con la felicidad y la elevación del espíritu. Pero, ¿qué sucede cuando hablamos de una sensación de desplome emocional?
La frecuencia de desestabilización: 138 Hz
Después de muchos años de explorar cómo los sonidos influyen en nuestra psique, puedo afirmar que una de las frecuencias más intrigantes en este contexto es 138 Hz. ¿Por qué esta en particular? La investigación sugiere que esta frecuencia puede suscitar una respuesta emocional intensa, provocando una caída repentina en nuestro estado anímico. Este efecto puede ser tan potente que una simple línea melódica o acorde en esa frecuencia puede evocar una sensación de pérdida, añoranza o nostalgia.
- La conexión con estados emocionales profundos.
- La manera en que el cerebro asocia ciertas frecuencias con recuerdos.
- Cómo los músicos pueden usar estas frecuencias intencionadamente para contar historias a través de su música.
Artistas que han jugado con 138 Hz
No es casualidad que muchos compositores de música melancólica y trágica adopten esta frecuencia en sus obras. Artistas que van desde Talvin Singh hasta Radiohead han transgredido las barreras emocionales utilizando sonidos que vibran en este rango. La capacidad de manipular la frecuencia para crear emociones se ha convertido en una herramienta esencial en la producción musical moderna.
Conclusiones: La magia de la música y la frecuencia
Al final del día, la música es mucho más que simples notas agrupadas. Es una poderosa herramienta que, cuando se utiliza correctamente, puede resonar en las fibras más profundas de nuestro ser y guiarnos a través de un viaje emocional. La frecuencia de 138 Hz es solo un ejemplo de cómo la ciencia detrás del sonido puede ir más allá de lo físico, transformándose en una experiencia de vida que nos conecta, nos desploma y, en ocasiones, nos eleva.
Si eres músico, productor o simplemente un amante de la música, explorar estas frecuencias puede abrir un mundo de posibilidades creativas. ¿Te animas a experimentar? Recuerda, la próxima vez que sientas una ola de emociones al escuchar una pieza musical, pregúntate: ¿qué frecuencias están jugando en mi interior?
Si este artículo te ha resonado, compártelo y ayúdame a correr la voz. Nunca se sabe a quién le podría ayudar a entender un poco mejor su conexión emocional con la música.
¿Sabías que hay composiciones que solo se pueden oír una vez? Te lo contamos en nuestras curiosidades musicales.
1980, Barcelona, España.
Ingeniero de sonido, mezcla y mastering.
Guitarrista y compositor de música.
Ha lanzado 4 álbumes, 9 EPs y decenas de sencillos de diferentes géneros musicales.
También ha mezclado, masterizado y grabado para innumerables artistas independientes.
Fotógrafo y dibujante por afición.