¿Te suena la frase “donde hay afinación, hay dolor”? Si eres guitarrista y has experimentado tensiones o lesiones al jugar con múltiples afinaciones, estás en el lugar correcto. Quiero hablarte sobre cómo evitar esos inconvenientes que, aunque no siempre lo reconocemos, son más comunes de lo que pensamos en nuestro mundo musical. A lo largo de mis más de 20 años como guitarrista, he visto a muchos colegas sufrir no solo en el escenario, sino también tras largas horas de ensayo. ¿Por qué ha pasado esto? La respuesta está en la forma en que utilizamos nuestro cuerpo al tocar, especialmente con diferentes afinaciones. Si alguna vez has sentido que tu cuerpo puede cobrarle la factura a tu pasión, sigue leyendo. Te prometo que hay soluciones.
La finca de las afinaciones múltiples
Cambiar de afinaciones en tiempo real puede ser un sueño sonoro, pero también es un desafío físico. Cada afinación afecta la tensión de las cuerdas y, por ende, la manera en la que aplicamos la fuerza al tocar. Sin una preparación adecuada, tu muñeca, codo o incluso la espalda pueden comenzar a quejarse. Así que, antes de que tomes esa púa en una afinación nueva, echa un vistazo a estas recomendaciones que te pueden salvar de esos problemas físicos.
1. Calentamiento: No lo subestimes
La rutina de calentamiento puede parecer un simple ritual, pero es la base para prevenir lesiones. Unos minutos dedicados a estirar tus manos, brazos y espalda pueden hacer maravillas. Aquí hay algunos ejercicios que me han funcionado:
- Estiramientos de muñeca: Gira tu muñeca en círculos, estírala lentamente hacia adelante y hacia atrás.
- Flexiones de dedos: Asegúrate de estirar cada dedo individualmente. Serán tus mejores aliados.
- Estiramientos de hombros: Levanta los hombros hacia las orejas y suéltalos, repite varias veces para liberar la tensión.
2. Postura, postura, postura
Si aún no has encontrado tu postura ideal, es hora de hacerlo. Una mala posición puede llevar a una asimetría en el cuerpo que se traduce en dolor. No olvides:
- Mantén la espalda recta. Esto ayuda a distribuir el peso de manera equilibrada.
- Coloca la guitarra en una posición cómoda, evitando ángulos extremos que puedan forzar tu muñeca.
3. Conoce tu equipo
Cada guitarra tiene un carácter diferente, especialmente cuando se trata de afinaciones. ¿Sabías que las cuerdas más gruesas requieren más fuerza al tocar? Tener en cuenta el tipo de cuerdas que usas te ayudará a ajustar la técnica. Si cambias a una afinación más baja, considera utilizar cuerdas más gruesas o, si la inquietud es mayor, una guitarra con una escala diferente puede ser la solución para tu comodidad.
4. Diversifica tu técnica
No siempre apeles a la misma técnica; variar tu forma de tocar puede permitirte trabajar diferentes grupos musculares. Si te encuentras con tensión, intenta alternar entre rasgueos y picking o juega con los acordes a diferentes posiciones. Basado en experiencias reales de guitarristas, esta diversificación puede ser clave para mantener tus muñeca y dedos en forma.
5. Descanso y recuperación
Finalmente, no subestimes la palabra descanso. Tu cuerpo necesita tiempo para recuperarse, sobre todo si te pasas horas cambiando de afinaciones. Programarte descansos cortos durante tus sesiones de ensayo o grabación puede evitar que te sobrecargues. Recuerda que la calidad de tu práctica es más importante que la cantidad.
Este contenido ha sido revisado con base en estudios de biomecánica musical, y recuerda, mientras sigo compartiendo estos consejos, si tienes dolor persistente, no dudes en consultar a un especialista. La prevención es la clave, ¡así que cuida de ti misma mientras sigues creando música!
- Puedes encontrar recursos y consejos actualizados en nuestra página de lesiones por tocar guitarra.
1982, Buenos Aires, Argentina.
Titulada como pianista de conservatorio.
Compositora desde 2004.
Afionada a la guitarra y muchos instrumentos varios.
En este blog no solo comparto mi experiencia técnica dentro de un estudio de grabación, sino también mi conocimiento sobre cómo cuidar el cuerpo del músico. A lo largo de los años, he aprendido a prevenir lesiones comunes y a mantenerme en forma durante largas sesiones de ensayo y grabación. Aunque no soy doctora, mis artículos están basados en observación directa, vivencias personales y en el intercambio continuo con otros músicos.