Si eres guitarrista y te has encontrado dedicando horas a tocar en streaming, seguramente te habrás preguntado: ¿cuál es el precio que estoy pagando por ello? La realidad es que las horas frente a la cámara, buscando la perfección en cada acorde y cada riff, pueden pasar factura a tu cuerpo. Y es que, aunque la música es pura pasión, el dolor físico no entiende de melodías ni acordes. Yo he vivido y observado de cerca las luchas de muchos colegas en este campo, y hoy quiero compartir contigo lo que he aprendido sobre el riesgo de lesiones al tocar la guitarra durante largas sesiones en streaming.
Entendiendo el riesgo
Antes de continuar, aclaro que no soy médico, pero como mujer guitarrista con más de 20 años de experiencia, puedo hablarte sobre un tema que me toca de cerca: la relación entre la práctica intensa y las lesiones físicas. Basado en experiencias reales de guitarristas, he visto cómo impulsar nuestra arte sin prestar atención a nuestro cuerpo puede llevarnos a frustraciones y, en el peor de los casos, a un parón profesional.
¿Por qué se producen las lesiones?
El cuerpo humano no está diseñado para permanecer en la misma posición durante horas, y menos aún realizando movimientos repetitivos. Al tocar la guitarra, especialmente durante sesiones prolongadas en streaming, nuestros músculos, tendones y articulaciones están bajo una tensión constante. Algunas de las lesiones más comunes incluyen:
- Dolores en el cuello y hombros.
- Lesiones en la muñeca y la mano.
- Problemas de postura que afectan la columna vertebral.
- Fatiga muscular y tendinitis.
Estos son solo algunos ejemplos, pero la lista puede ser bastante extensa si no prestamos atención a cómo tocamos. Además, el estrés que añade la presión de estar en directo, buscando la aprobación del público, puede aumentar la tensión en nuestro cuerpo, agravando aún más la situación.
Prevención: Cómo cuidar tu cuerpo mientras tocas
A continuación, quiero compartir contigo algunos consejos para prevenir lesiones y cuidar de tu salud física mientras disfrutas de tu pasión por la guitarra:
- Calentamiento adecuado: Dedica unos minutos a estirar y preparar tus músculos antes de empezar a tocar. Esto ayuda a prevenir lesiones y mejora tu rendimiento.
- Pausas regulares: Cada 30-45 minutos, tómate un descanso. Levántate, estírate y cambia de posición para aliviar la tensión acumulada.
- Postura correcta: Asegúrate de que tu silla y tu guitarra estén bien ajustadas. Mantén una buena postura que no fuerce tu espalda ni tus hombros.
- Fortalecimiento muscular: Realiza ejercicios de fortalecimiento enfocados en los músculos que utilizas al tocar, especialmente en brazos, muñeca y espalda.
- Instrumento adecuado: Asegúrate de que tu guitarra sea cómoda de tocar. La elección del instrumento puede marcar una gran diferencia en la prevención de lesiones.
Escucha a tu cuerpo
Por último, quiero recordarte que es fundamental escuchar a tu cuerpo. Si sientes dolor persistente al tocar, no lo ignores. Este contenido ha sido revisado con base en estudios de biomecánica musical, y aunque soy un profesional experimentado, no sustituye el consejo médico. Consulta a un especialista si encuentras que el dolor no desaparece.
Así que ya sabes, ¡toca, disfruta y cuida de ti mismo mientras lo haces! La música es una forma hermosa de expresión, pero también debemos ser responsables con nuestro cuerpo para poder seguir creando y compartiendo. Así que, mantente alerta, cuida tus manos y ¡sigue disfrutando de la guitarra!
- Para más consejos prácticos sobre este tipo de molestias, visita nuestra sección de guitarristas lesionados.
1982, Buenos Aires, Argentina.
Titulada como pianista de conservatorio.
Compositora desde 2004.
Afionada a la guitarra y muchos instrumentos varios.
En este blog no solo comparto mi experiencia técnica dentro de un estudio de grabación, sino también mi conocimiento sobre cómo cuidar el cuerpo del músico. A lo largo de los años, he aprendido a prevenir lesiones comunes y a mantenerme en forma durante largas sesiones de ensayo y grabación. Aunque no soy doctora, mis artículos están basados en observación directa, vivencias personales y en el intercambio continuo con otros músicos.