¿Te has encontrado alguna vez lidiando con dolores inesperados en tus manos mientras tocas la guitarra? Si eres guitarrista con manos pequeñas, es muy probable que hayas experimentado frustraciones que van más allá de las notas que deseas tocar. Antes de que sigas adelante y pienses que esto es solo parte del juego, déjame decirte que hay una forma más saludable y efectiva de disfrutar de tu pasión por la guitarra. En este artículo, vamos a desglosar cómo la configuración de tu guitarra puede marcar una gran diferencia en la prevención de compensaciones musculares. Sí, lo has oído bien: una buena configuración puede ser la clave para dejar atrás las molestias y enfocarte en lo que realmente importa: hacer música.
La realidad de tocar con manos pequeñas
Las manos pequeñas pueden representar un desafío a la hora de tocar la guitarra. Esto no es algo nuevo ni exclusivo; he trabajado con muchos músicos que se enfrentan a esta misma situación. Algunos de los problemas más comunes que he observado son:
- Posturas forzadas: Muchos intentan ajustar su técnica para alcanzar notas que, en teoría, deberían ser fáciles de tocar, pero acaba causando tensión innecesaria en los músculos.
- Dolores frecuentes: La compensación muscular se convierte en un patrón habitual si no abordamos la situación adecuadamente.
- Lesiones por sobrecarga: A largo plazo, esas pequeñas molestias pueden desembocar en lesiones más graves, como tendinitis o epicondilitis.
Configuraciones clave para manos pequeñas
Así que, ¿cómo podemos ajustar nuestra guitarra para aliviar el sufrimiento y permitir un toque más fluido? Aquí algunas recomendaciones válidas, basadas en experiencias reales de guitarristas como tú y revisadas con base en estudios de biomecánica musical.
1. Elegir la guitarra adecuada
Primero, asegúrate de que la guitarra que eliges sea apropiada. Modelos de cuerpo pequeño o guitarras de viaje pueden ser tus mejores aliados. Al elegir un instrumento más pequeño, puedes incluso evitar la fatiga en el brazo y promover una mejor postura. Además, las guitarras con mástiles más estrechos facilitarán el acceso a los trastes, evitando posiciones que demanden un esfuerzo excesivo.
2. Ajustar la acción y el mástil
Una acción apropiada puede ser un verdadero salvavidas. Si la acción de las cuerdas es demasiado alta, necesitarás aplicar más fuerza para presionar las cuerdas, lo que añade tensión muscular. Asegúrate de que un técnico o luthier ajuste esto adecuadamente. Esto incluye:
- Reducir la altura de las cuerdas para que sean más fáciles de presionar.
- Ajustar la curvatura del mástil para una mejor comodidad al tocar.
3. Utilizar una cejuela adecuada
La cejuela es la parte de la guitarra que puede influir en la altura de las cuerdas al inicio del mástil. Asegúrate de que no esté demasiado elevada; de lo contrario, podría forzarte a adoptar posturas que te lleven a compensaciones indeseadas. Considera optar por materiales que faciliten una menor tensión en las cuerdas.
4. Practicar técnicas ergonómicas
La música es esencial, pero tu salud es prioritaria. Practica técnicas de calentamiento y estiramiento antes de tocar para preparar tus manos. Recuerda, no todas las posiciones son buenas para ti; encuentra aquellas que te permitan tocar cómodamente, eliminando el riesgo de lesiones.
No olvides que si bien estas recomendaciones son importantes, en caso de dolores persistentes, lo mejor es consultar a un especialista. Este contenido no sustituye el consejo médico, y siempre es mejor ser proactivo con tu salud. La música debe ser una fuente de alegría, no de sufrimiento. ¡Así que ajusta tu guitarra, cuida de tus manos y disfruta de cada acorde sin tensiones innecesarias!
- Para más consejos prácticos sobre este tipo de molestias, visita nuestra sección de guitarristas lesionados.
1982, Buenos Aires, Argentina.
Titulada como pianista de conservatorio.
Compositora desde 2004.
Afionada a la guitarra y muchos instrumentos varios.
En este blog no solo comparto mi experiencia técnica dentro de un estudio de grabación, sino también mi conocimiento sobre cómo cuidar el cuerpo del músico. A lo largo de los años, he aprendido a prevenir lesiones comunes y a mantenerme en forma durante largas sesiones de ensayo y grabación. Aunque no soy doctora, mis artículos están basados en observación directa, vivencias personales y en el intercambio continuo con otros músicos.